jueves, 20 de noviembre de 2014

Fragmento San Manuel bueno, mártir

Este texto en el que Lázaro confiesa la verdad de D. Manuel, su falta de fe, a su hermana, pertenece a la segunda parta de la novela.
D. Manuel, el párroco idolatrado del pueblo, no tiene fe, pero sigue practicando su oficio como consuelo para hacer que los demás crean. Este tema de la falta de fe podemos tomarlo como una biografía de Miguel de Unamuno, ya que sabemos que él mismo en su juventud pasó por lo mismo. Al ser un escritor de la Generación del 98, sufriría la crisis de fin de siglo, lo que lo lleva a no encontrar solución alguna a sus problemas en los valores tradicionales aunque tampoco en los nuevos.
Probablemente D. Manuel encuentra consuelo en ayudar a los demás ya que sin él no puede ser feliz y está condenados la angustia vital, "nacer para morir", pretende que otros hallen ese estado de felicidad, aunque se base en una mentira. Vida solo hay una y hay que disfrutarla. No podemos pasarnos los años reflexionando sobre qué pasará después, aunque sea una pregunta innata en el ser humano.Por eso mismo, tal como D. Manuel explica, las religiones ofrecen una supuesta vida más allá y esperanza al individuo. Así "todas las religiones son verdaderas" mientras cumplan ese objetivo.
Por otra parta, la pregunta que todos nos hacemos se puede resumir en: ¿Es realmente ético, un cura sin fe? Parece una paradoja pero en mi opinión cualquiera que pretenda hacer feliz a los demás estará en lo correcto, aunque cierto es que se trata de la situación muy hipócrita.
No creo que sea ninguna locura que las personas basen su fe y su esperanza en algo que quizás no exista. Todos nos apoyamos en ideas para explicar nuestra existencia y quizás para no sentirnos tan solos. Para todos es algo básico: fe, ciencia, brujería quizás... ¿Y quién nos asegura 100% qué es cierto y qué no?

No hay comentarios: