viernes, 26 de septiembre de 2014

Comentario crítico

Un gran número de líderes internacionales han propuesto un método para acabar con los problemas que conlleva la droga. Sugieren facilitar el acceso a estas sustancias sin penalización, pero con control y ofreciendo ayuda médica para desintoxicarse, pretendiendo así reducir la criminalidad.

Personalmente, no es una mala idea, pues de esta manera nos aseguraríamos de que los consumidores toman sustancias de calidad y evitaríamos las incontables muertes anuales debidas a productos de mala calidad (Además de, por supuesto, reducir la criminalidad que el tráfico de drogas conlleva)
También he de decir que somos naturalmente curiosos y nos llaman la atención las cosas prohibidas. El hecho de que las drogas sean ilegales es una de las razones por la cual muchos quieren probarla, y si hablamos de sustancias como la heroína que con tan solo un uso provocan adicción, acabamos con más consumidores.
Añado pues el ejemplo del Partido Prohibitivo de los Estados Unidos de América, que prohibió la venta y consumición de bebidas alcohólicas entre 1919 y 1933, con el que se consiguió en Chicago un nivel de violencia y criminalidad jamás registrado antes o después en los Estados Unidos.

Por otro lado, no comparto la idea de legalizar drogas fuertes como la heroína, por el peligro que conlleva un único uso.

En conclusión, no sabría por cuál de las dos opciones decantarme.